El calostro, que es la leche que se produce durante los primeros días, además de ser rico en proteínas y vitamina A, contiene anticuerpos que ayudan a proteger a tu bebé contra infecciones durante sus primeros meses de vida.
Cuando sientas que tu bebé ha terminado de mamar, retira el pecho de su boquita ayudándote con los dedos, así suspenderá la succión y podrás prevenir una lesión en el pezón.
Para asegurarte de que tu pequeño vacíe ambos pechos, procura partir siempre con el pecho que terminaste.
Si tienes los pezones rotos, procura poner un poco de tu misma leche sobre ellos, es el mejor lubricante natural.
Es importante que encuentres la posición que más te acomoda para amamantar. Un buen consejo es ir variando las posiciones para evitar molestias en la espalda.
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