¡A bañarse!

Aseo y baño del bebé: Guía completa para padres primerizos

0 a 4 meses
Artículo
Sept 24, 2015
7 min

Hoy todos sabemos que a los bebés les encanta el agua. En la actualidad se suele bañar a los bebés desde el día de su nacimiento y varias veces a la semana. ¿Pero somos conscientes de que bañando todos los días a nuestro pequeñín llevamos a cabo un ritual ineludible de la cultura occidental?

Mantener a tu bebé limpio es fundamental para su salud y bienestar. Un aseo diario completo, junto con la limpieza frecuente de sus objetos personales, son pilares esenciales en su rutina.

Sin embargo, es importante recordar que exponer a tu bebé a las bacterias y microbios cotidianos contribuye al desarrollo de sus defensas inmunitarias. A continuación te presentamos una guía práctica para un aseo adecuado.

Principios básicos del aseo del bebé

El momento del aseo es una oportunidad única para conectar con tu bebé. Para disfrutarlo plenamente, organízate y ten a mano todos los productos indispensables:

  • Gel de baño suave para pieles sensibles
  • Champú delicado para su cabello fino
  • Crema limpiadora facial suave
  • Crema protectora para la zona del pañal
  • Suero fisiológico
  • Algodón hidrófilo
  • Toallitas húmedas

Rutina paso a paso para el aseo completo

Una vez que tengas todo preparado, sigue esta guía para asegurar un aseo completo y delicado:

  • Baño. A la mayoría de los bebés les encanta el agua. Asegúrate de mantener una temperatura ambiente entre 20 y 24 ºc y una temperatura del agua entre 37 y 38 ºc para su seguridad y confort. Nunca dejes a tu bebé solo en la bañera, ni siquiera por un instante.
  • Cambio de pañales y de ropa. La organización es clave. Ten a mano pañales limpios, toallitas, crema limpiadora, ropa de cambio y un cubo de basura. Limpia y seca cuidadosamente todos los pliegues de su piel antes de ponerle un pañal nuevo.
  • Cuidado de la cara. Un algodón humedecido con crema limpiadora suave o agua mineral es suficiente. Puedes finalizar con una crema hidratante ligera para proteger su delicada piel. Evita aplicar champú directamente en su rostro.
  • Higiene de los ojos. Con una gasa fina humedecida en suero fisiológico, limpia suavemente cada ojo desde el lagrimal hacia el exterior.
  • Limpieza de las orejas. La delicadeza es primordial. Utiliza un algodón para limpiar suavemente el pabellón auricular y la parte posterior de la oreja. Evita el uso de hisopos o bastoncillos.
  • Aseo de la nariz. Esta es una tarea delicada. Enrolla un trozo pequeño de algodón impregnado en suero fisiológico e introdúcelo suavemente en cada orificio nasal para limpiarlos. También puedes usar un sacamocos o aspirador nasal, especialmente si tu bebé está resfriado.
  • Corte de uñas. Córtale las uñas regularmente, procurando darles una forma redondeada y evitando cortarlas demasiado cortas para prevenir heridas.
  • Cuidado del cordón umbilical. Límpialo de dos a tres veces al día con una gasa fina impregnada en desinfectante hasta que se caiga por sí solo, lo cual suele ocurrir entre una y dos semanas después del nacimiento.
  • Prepucio en niños. La práctica de retraer el prepucio para limpiar el glande no se recomienda actualmente por muchos pediatras. Un aseo clásico es suficiente para garantizar la higiene de esta zona.

Otras normas importantes de higiene para el bebé

La higiene del bebé va más allá de su aseo personal:

  • Lava los peluches. Los peluches deben lavarse con frecuencia, los más resistentes en la lavadora y los delicados a mano.
  • Ropa limpia diariamente. La ropa interior del bebé debe lavarse diariamente. Para el resto de la ropa, prioriza la limpieza cuando esté sucia. Baberos, toallas y ropa de cama deben lavarse a 60 ºc con un detergente suave.
  • Higiene de la habitación. Ventila la habitación del bebé diariamente durante al menos 10 minutos. Aspira o barre regularmente y utiliza productos de limpieza naturales.

El baño del bebé: Un momento de relajación y conexión

Una vez que el cordón umbilical se ha caído, el baño se convierte en una parte esencial de la rutina diaria. Sigue estas recomendaciones para un baño seguro y placentero:

  • Temperatura del agua. Mide la temperatura con un termómetro o con el codo para asegurarte de que esté tibia (entre 34 y 38 ºc).
  • Uso de tina para bebés. Las tinas para bebés son una opción segura y práctica durante los primeros meses.
  • Ten todo a mano. Antes de desvestir a tu bebé, asegúrate de tener cerca todo lo necesario: toalla limpia y seca, jabón suave para bebé, loción, pañal y ropa limpia.
  • Nunca dejes solo al bebé. La seguridad es primordial. Nunca dejes a tu bebé solo en la tina, ni por un segundo. Si necesitas atender una emergencia, llévalo contigo.
  • Secado adecuado. Utiliza toallas con capucha para secarlo eficazmente y mantener su temperatura corporal. Presta especial atención al secado de los pliegues de la piel.
  • Soporte para la cabeza. Durante los primeros días, siempre sostén la cabeza de tu bebé con las manos o con ayuda.
  • Cuidado de la cabeza y fontanela. Utiliza una toalla suave para lavar la cabeza y la fontanela en los primeros meses. Si cae jabón en sus ojos, usa la toalla para limpiarlos suavemente.
  • Baño como relajación. Bajo las condiciones adecuadas, el baño puede ser un momento de relajación para tu bebé.

Consejos expertos para bañar a un recién nacido

Bañar a un recién nacido puede generar dudas. Aquí tienes algunos consejos de expertos:

  • Prepara el entorno. Asegúrate de que la temperatura ambiente esté entre 20 y 25 ºc y elimina las corrientes de aire en el baño.
  • Cantidad de agua. Llena la tina con suficiente agua tibia para cubrir sus brazos y piernas, dejando su cabeza fuera.
  • Cómo sostener al bebé. Con una mano sujétalo por debajo de la axila, sosteniendo su cabeza y espalda, mientras usas la otra para lavarlo suavemente con una esponja y champú suave de ph neutro y sin perfumes. Ten especial cuidado con los pliegues de la piel y la zona del pañal. No lo pongas directamente bajo el chorro de agua.
  • Frecuencia del baño. Inicialmente, no es necesario bañarlo a diario. Puedes hacerlo cada dos días. A partir del segundo mes, puedes aumentar la frecuencia.
  • Duración del baño. El baño debe ser corto, entre cinco y quince minutos, y ser un momento placentero para el bebé. Háblale suavemente y acarícialo.
  • Cuidado del área umbilical después del baño. Mantén la zona del cordón umbilical limpia y seca hasta que se caiga.
  • Secado delicado. Seca su piel con toallas suaves sin frotar, prestando especial atención a las zonas de pliegues.
  • Uso de cremas. Después de las primeras semanas, si notas irritaciones o descamación leve, puedes aplicar una crema hidratante adecuada para bebés dos veces al día.
  • Si el bebé se asusta. Intenta bañarte con él para que se acostumbre al agua y sea un momento de conexión. Asegúrate de que el agua no esté demasiado caliente y que alguien te ayude.
  • Masaje post-baño. Después del baño, es un buen momento para darle un masaje relajante. Evita usar lociones o aceites hasta que cumpla un mes.

Lo que no debes hacer al bañar a tu bebé

Evita estas prácticas para proteger la salud y el bienestar de tu bebé:

  • No apliques champú directamente en su rostro.
  • No uses hisopos o bastoncillos para limpiar sus oídos.
  • Mantén la tinita siempre limpia.
  • No uses demasiados productos; su champú y crema suave son suficientes.

¿Cada cuánto debo bañar a mi bebé?

La frecuencia del baño puede variar:

  • Algunos especialistas sugieren que puedes bañar a tu bebé cuando lo desees, siempre secando bien el cordón umbilical.
  • Otros recomiendan esperar a que el cordón se desprenda por completo y, mientras tanto, dar baños de esponja.
  • La organización mundial de la salud (oms) aconseja retrasar el primer baño al menos 24 horas después del parto para permitir que el vérnix (la capa protectora blanquecina) cumpla su función antibacteriana e hidratante.
  • La piel de los bebés es sensible, por lo que bañar a tu bebé tres veces por semana al principio suele ser suficiente para evitar la resequedad.

Consejos adicionales para el momento del baño

  • Lávate siempre las manos antes de empezar.
  • Limpia la zona del pañal antes del baño para no ensuciar el agua.
  • Sécalo bien y envuélvelo en una toalla o capita al terminar para mantener el calor.
  • Sonríele y háblale durante el baño para que se sienta seguro y protegido.
  • Aprovecha este momento para crear un vínculo afectivo con tu bebé, acarícialo y cántale.
  • Establecer una rutina de baño diaria a la misma hora puede ayudar a tu bebé a adaptarse mejor a los horarios familiares.

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