
Jugar es bueno para el cuerpo y para la mente
A mi hijo le encanta jugar, saltar, correr, pedalear... ¿No se cansa nunca? ¿Cómo canalizar la energía de mi pequeño sin dejar de estimularlo?
Estimulación
A mi hijo le encanta jugar, saltar, correr, pedalear... ¿No se cansa nunca? ¿Cómo canalizar la energía de mi pequeño sin dejar de estimularlo?
Las mascotas cumplen un papel importante en el desarrollo psicológico de tus hijos. Por ello, es fundamental la elección adecuada de este nuevo integrante de la familia.
Las exigencias de la vida moderna obligan a muchos padres a recurrir a la televisión como método de entretenimiento y compañía para bebés y niños.
El niño llora, grita y se tira al suelo. La mamá, nerviosa, intenta controlar la situación. Las miradas curiosas contribuyen a aumentar la tensión del momento que, para los involucrados, parece eterno.
A finales del primer año, tu bebé empezará a comunicar lo que quiere señalando, gateando y haciendo gestos hacia su meta. También imitará muchos de los gestos que ve en los adultos cuando hablan. Esta comunicación no verbal es solamente temporal mientras aprende cómo frasear sus preguntas en palabras. Todos los sonidos de los meses anteriores ahora dan paso a sílabas reconocibles como: ¿da?, ¿ga? y ¿ma?
Te debe parecer común que a eso de los 3 o 4 años tu hijo te cuente acerca de sus historias con ese amigo que solo él ve, ése que todos tuvimos cuando niños y que, a pesar del paso de las generaciones, sigue existiendo en la mente de los más pequeños. Se trata del amigo imaginario, que más que una simple fantasía infantil es un “fantasmita” indispensable en la formación de la identidad de tu niño y su capacidad de sociabilizar con otros. Te contamos por qué.
Puede que hayas notado que tu hijo, de pocos años, se comporta de forma insegura: no se atreve a hacer algunas cosas él solo, le cuesta relacionarse con otros niños, no consigue progresar en sus primeros aprendizajes escolares, se rinde al primer intento y tiene un sentido del ridículo muy acentuado.
Tan importante como cuidar a tus hijos en materia de salud, es preocuparse de su crecimiento y maduración emocional. ¿Pero por dónde comenzar? Día a día la educación de nuestros hijos está llena de detalles que pueden hacer la diferencia.
Luego de cambiar cientos (tal vez miles) de pañales, sin duda estarás ansiosa por que tu hijo haga el cambio hacia la ropa interior. Pero puede que tu hijo no esté tan ansioso. De hecho, puede que pasen meses e incluso un año, ya que la transición ocurre a diferentes edades. Por esto necesitas buscar pistas que te digan que tu hijo está listo, y luego hacer el cambio gradualmente. Pero principalmente se paciente, este puede ser un proceso largo con muchos altibajos.
¿A qué edad mi bebé dará sus primeros pasos?
Entre las edades de 1 y 3 años, los niños siempre están buscando nuevas experiencias que mejoran su proceso de aprendizaje.
En los primeros pasos titubeantes de un bebé que empieza a caminar uno puede imaginar al niño en el que se acabará convirtiendo. Un ser independiente a quien sus pies le llevan donde quiere y que ya no nos necesita tanto. En algunas culturas, esta etapa fundamental es motivo de rituales y fiestas: el niño sale de su casa y entra en la comunidad de los mayores.